Hermosillo, Sonora.-

El pasado mes de junio se conmemoraron quince años de la triste tragedia del incendio de la Guardería ABC. Como es costumbre, el que suscribe atendió al llamado para marchar desde el lugar de la guardería, cada vez más en ruinas, hasta las escalinatas del Museo-Biblioteca de la Universidad de Sonora, donde se realizó el protocolario meeting. Cabe apuntar que, a pesar de que fue año electoral, y de que se conmemoró un número redondo o importante, 15, la marcha tuvo poca convocatoria, notándose claramente como año con año los asistentes van a la baja.

ABC sí se olvida

Sin embargo, los integrantes del Movimiento 5 de Junio: Guardería ABC no claudican, año con año marchan y alzan la voz para recordar la tragedia, exigir justicia y luchar por un futuro mejor para todas las infancias del mundo (entre el discurso, resaltó el reclamo del alto al fuego en Palestina y protección de los niños de esa región del mundo). En esta ocasión, al tomar la voz una de las integrantes del movimiento, medio ensalzó al actual gobernador de Sonora, dijo que les abrió las puertas y se mostró cooperador para avanzar en la agenda del movimiento. Entre otras cosas, y tema de especial interés para este espacio, mencionaron que el gobernador había expropiado la manzana en la que se encuentra la Guardería ABC y que se hizo el compromiso de construir un “sitio de memoria”.

Hace años, poco después de la tragedia, estuve en una reunión con integrantes del Movimiento 5 de junio: Guardia ABC, y se propuso, exigir al gobierno estatal derribar la guardería y levantar ahí un monumento. En aquella ocasión la propuesta fue desechada, pues estábamos a pocos años de la tragedia y el lugar aún era objeto de investigaciones y peritajes. Al parecer ya no es así, y ahora es objeto de la memoria. Y sí, ¿Por qué hacer un “sitio de memoria” en lugar de un monumento? ¿Qué diferencia hay?

Cabe apuntar que los monumentos son para conmemorar algo, muchas veces celebrar algo, no olvidar glorias del pasado o personajes que creemos que nos legaron algo valioso. Los sitios de memoria tienen una connotación y usos muy diferentes. Este tipo de propuestas, autoría de “emprendedorxs de la memoria”, tienen su origen -o al menos ahí tuvieron mucho eco- en Argentina, cuando, después de abolida la dictadura militar, sobrevivientes de la represión, o familiares de quienes no sobrevivieron, exigieron que aquellas cárceles clandestinas, calabozos, cuartos de tortura y muerte, no fueran derrumbados, ni siquiera modificados, y se dieran a conocer al público, puertas abiertas, para que la sociedad supiera y nunca olvidara la triste represión de la que fueron objeto.

Parece que el concepto se adapta a la realidad de nuestra Sonora, de Hermosillo y del edificio de la Guardería ABC, el cual todavía enchina la piel de muchxs al verle. Y el detalle con la propuesta es ese, ¿cómo se va a adaptar ese espacio para el recuerdo de la tragedia? Este tipo de proyectos, puede seguir dos vías.

La primera, la más recurrida y la más fácil política y socialmente, es barrer con todo lo que hay ahí, construir desde cero y crear un espacio que recuerde la tragedia, promueva la consciencia, el cuidado de las infancias y de la proyección civil. De ser así, me imagino que el espacio terminará siendo un parque dedicado a la niñez, con espacios recreativos, con un monumento, una placa conmemorativa y un evento de apertura con bombo y platillo.

La segunda vía es la más difícil, arriesgada políticamente y dolorosa para la sociedad,

pero creo que sería la vía más efectiva para concientizar y nunca olvidar. Así como en Argentina, que insistieron en adaptar los centros de detención clandestinos para que fueran visitados, pero que no se borraran los vestigios de la represión, lo mismo podríamos pensar para el insólito edificio de la Guardería ABC. Si sólo verlo por fuera nos enchina la piel y nos atormenta el recuerdo ¿Se imaginan verlo por dentro? ¿Acaso el proyecto debería encaminarse a una adaptación del edificio para que podamos entrar a verlo y revivir en nuestra imaginación la traumática experiencia de aquel día?

Si usted viene a Hermosillo y no visita la Guardería ABC, haga de cuenta que no vino

Como dije, esta segunda vía sería más riesgosa políticamente y más dolorosa socialmente. Poder entrar al edificio y verlo tal cual quedó después de la tragedia, sería una terapia de shock para la sociedad. Sin embargo, creo que nuestra sociedad se encuentra en ese punto, ya no es suficiente hacer llegar el mensaje, se necesita una verdadera sacudida de consciencias, y pienso que entrar y recorrer el edificio lograría eso.

Todavía no sabemos qué curso tomará el proyecto (o si se irá a concretar), pero, de lograrse el objetivo, ojalá no pase a ser el típico espacio conmemorativo y tome la forma de un verdadero sitio de memoria, sí, doloroso, traumático y triste, como fue realmente ese día. Estemos atentxs al curso que tome el proyecto, esperando que sea así. Sería algo novedoso para nuestras Ciudades Sin Memoria, para nuestra forma de entender el recuerdo y nuestra forma de rescatar la memoria de nuestro pasado, aunque sea la forma más dolorosa.

Texto y fotografías, realizadas el cinco de junio de 2024, por Mirinda GD

https://www.facebook.com/mirinda.grijalva




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Sobre el autor

Miguel Ángel Grijalva Dávila es un historiador sonorense que ha participado en espacios para la difusión de la historia radio, televisión y publicaciones impresas y digitales. También ha presentado sus investigaciones en congresos y foros en todo México. Búscalo en twitter, instagram o pinterest, como Mirinda_GD. En Facebook: Un Día Como Hoy en Sonora. Y en su página: http://www.undiacomohoyensonora.wordpress.com/

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